No sé porqué pero así fue, todo a la velocidad de la luz, acelerado y precipitado, inesperado. Como tú sueles ser, repentina y ocurrente. Así como ocurrió esto terminó.
Nació el lunes negro e intervenido quirúrgicamente a los treinta minutos de haber nacido evitando un viaje al inframundo y diecinueve años después se repite la historia. Un nuevo beso con la muerte, vieja amistad por demás conocida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario